Adiós Plomis ♥

A Plomis lo conocí el verano del 2000 cuando llegué a mi casa luego de un viaje universitario a Iquitos y mi mamá me recibió diciendo: anda sube a tu cuarto... y ahí estaba el, un bollito plomito diminuto, de unos 2 meses aproximadamente, plácidamente dormido en medio de mi cama. Ya había tenido muchos gatos durante toda mi vida. Todos ellos techeros que se animaban a bajar a mi lavandería y que luego se convertían en precoces madres de juguetones gatitos. Y que así como aparecían, desaparecían cada que había "matanza de gatos techeros" por el barrio. Pero esta era la primera vez que tenía un gatito "fino", de raza. Plomis era un gatito persa. Y otra cosa mariposa. Son mas tontitos, apachurrables, tranquilos, mimosos, totalmente adorables y no tan independientes como los otros gatos. O bueno, así era mi Plomis. 

Plomis se perdió cuando aún era muy cachorrito, seguro salió a husmear a la calle y alguien lo recogió. Resulta que terminó en un AAHH por Villa El Salvador. Recuerdo que empapelé todo San Borja hasta que alguien me llamó y lo fui a recoger, literalmente, a la punta de un cerro. 

Plomis tuvo muchos hijos, con gatas de alcurnia como el y con gatas techeras que bajaban a buscar a este buen mozo del barrio. Se volvió un Don Juan y se perdía días por los techos del barrio, hasta que luego de 5 a 7 días regresaba campeón, lleno de rasguños, flaco, famélico, a marcar toda la casa y a comer por los 7 días que no comía en sus noches de pasión y locura. En una de esas escapadas volvió sin oreja. Así como casi todos ustedes lo conocieron. Como esta situación se volvió insostenible  tuve que recurrir a métodos drásticos para que dejara de irse y no vaya a morir en una de esas grescas gatunas. Así que al pobre, lo castré. Con mis propias manitas. Luego de eso, se volvió aún mas casero y sedentario. Se puso MAS hermoso! Como les digo, por mi casa pasaron gatos de todos los colores y uno a uno fueron desapareciendo, enfermándose y muriendo. El único sobreviviente fue mi Plomis. 

En líneas generales fue un gato sano. No se enfermó de nada. O de al menos nada que yo me haya dado cuenta y que haya necesitado cuidados médicos. Nunca sufrió de los riñones, talón de aquiles de los gatos. Condición de la cual yo estaba preocupada por la alimentación que llevaba en los últimos años: pura carne cruda, casi cero de agua y líquidos, pero era lo único que quería comer y yo decidí que fuera feliz hasta que su cuerpo lo permitiera. 

Una temporada, su hermoso pelaje plomo, se tornó rojizo, como oxidado, motivo por el cual +Monica Tirado lo llamaba  Rojis, en vez de Plomis. Su aliento olía a buzón podrido hasta que un buen día decidió que no comería más. Inmediatamente lo llevé al veterinario. Si si, casa de herrero, cuchillo de palo. Y bueno, resulta que tenía una gingivitis de la gran flauta que no lo dejaba comer al pobre, del dolor que sentía y por los malestares propios de la tremenda infección que llevaba en la sangre. Su excelente veterinario +Piero Ravina se encargó de darle el tratamiento adecuado, incluso hasta tuvo que extraerle una muelita, y como por arte de magia, Plomis volvió a ser el mismo. Luego tuvo una recaída por el mismo motivo, que de la cual volvió a salir satisfactoriamente airoso. 

En los últimos años, decidió que ya se había aburrido de la comida seca que comía. Decidió también aburrirse de los sachets de whiskas tan ricos y jugosos, de las latas de friskies, incluso del hígado de pollo y del pollo mismo. Lo que más le gustaba era la carne cruda. Pero hasta de eso se aburrió. La única manera con la que conseguía que comiera era sentarme con el en mi baño y darle de comer en la boca, hasta que se sentía satisfecho y con la soberbia de los gatos, se daba media vuelta y me dejaba sentada con los restos de su comida. Era un gatito muy engreído y "conchuuuuuro"!!!

Dice mi mamá que durante el día era muy silencioso, hasta que me sentía llegar y comenzaba la parloteada, los llantos y los lamentos "maaaaaaau" "meeeeeeeee", me seguía hasta el baño, se quejaba seguro, se subía a mi cama, me ronroneaba, me lamía, se dormía y se aburría, se bajaba, se subía, le daba calor, se bajaba de nuevo y últimamente dormía como el viejito que era al pie de mi cama.

Y bueno, yo en un mes me voy a vivir con mi mostro, y pensaba como haría con el. Si me lo llevaba o lo dejaba con mi mamá e iba a alimentarlo a diario. Creo que Plomis me quiso evitar la encrucijada y encontró la manera de ahorrarme el dilema. Encontró la manera de morir, justo el día de mi cumpleaños. A  veces pienso que tal vez lo hizo para que yo esté acompañada, como de hecho lo estuve, para que tal vez no me olvide de el. Creo que nadie podrá olvidar a este gatito tan bonito, tan gracioso, tan "mortalmente serio" como decía mi amiga +FrancHis Neumann, con su cara de "tengo una sola oreja, y?". Me da pena que haya sido así, de una forma violenta, pero me queda el consuelo (o al menos trato de imaginarlo) que las cosas pasaron muy rápido, que no sufrió y que no sintió dolor. Hoy lo enterré en el jardín de mi casa, como a todas mis mascotas. Y creo que su muerte marcó el fin de una era: el fin de mi era de soltera. Las cosas pasan por algo dicen, y que todo significa o simboliza algo. Quiero pensar que es así. 

Quiero agradecer las muestras de cariño que recibí ayer y hoy día hacia mí y hacia mi gatito. Las palabras que me han dedicado, las lágrimas derramadas ayer durante la celebración de mi cumpleaños. Quiero agradecer también a +FrancHis Neumann por el post que me dedicó hoy en su blog "Extra ají, por favor". Realmente me encantó!

Quisiera poner las millones de fotos que tengo de él. Pero creo que estas poquitas lo reflejan tal cual era. Un gato hermoooooooooooso!!! Te voy a extrañar mijito bello!!! ♥

Vivi.-